La Noche Valdiviana

La Noche Valdiviana

La ciudad de Valdivia es conocida por su hermoso río y su interesante historia. Entre sus muchas tradiciones, destaca la celebración de la Noche Valdiviana, una festividad que se remonta a la época de la colonia española. La historia cuenta que la Noche Valdiviana conmemora una manifestación del siglo XVI, cuando los pobladores, descontentos con la administración del gobernador García de Mendoza, en señal de protesta lanzan sus botes al río con fardos de paja encendidos. Como resultado, el gobernador fue destituido y el desfile de embarcaciones (con luces en vez de fuego) pasó a ser una costumbre. En los últimos años la conmemoración alcanzó una popularidad insospechada y se convirtió en uno de los eventos más esperado en la región

La Noche Valdiviana tiene lugar cada año en febrero, en conmemoración de la fundación de la ciudad en 1552. Durante la festividad, sus habitantes y turistas se reúnen a lo largo del río para disfrutar de un espectáculo de fuegos artificiales que ilumina el cielo nocturno. Además, hay una gran variedad de actividades durante la noche, como música en vivo, ferias gastronómicas, competencias deportivas y desfiles. Esta celebración se caracteriza por un desfile alegórico de embarcaciones mayores, la cual es una tradición desde dicho evento en el S. XVI, donde salen en barcos desde el río Calle-Calle, volviéndose esto una tradición que ha perdurado en los años.

La Noche Valdiviana es una muestra de la rica historia y cultura de la ciudad de Valdivia, y es una oportunidad para que los habitantes y visitantes de la ciudad se unan en una celebración de su pasado y presente. Esta ha sido una oportunidad para que los habitantes de Valdivia se unan en torno a su cultura, su historia, y para que el mundo conozca y aprecie esta ciudad junto con sus tradiciones, a continuación, presentamos un relato contemporáneo de la festividad por nuestra colega Carla Contreras Cubillos:

Recuerdos de una Noche Valdiviana

Rememorar la primera Noche Valdiviana vivida puede ser un largo y sinuoso camino retrospectivo que no cumple con objetivo alguno, sin embargo, no se pueden olvidar esas últimas semanas de febrero de hace más de veinte años, cuando llegaban esos grupos familiares con incontables primos y primas, quienes de tanto insistir lograban que alguno de los tíos de turno, obligadamente interesados, juntara a cada uno de esos pequeños infantes sobrecargados de energía para acarrearlos a una micro abarrotada de personas e iniciar un interminable viaje hacia la costanera de Valdivia.

Llegar significaba caminar en busca de un buen lugar para que alguno del grupo pudiera ver aquel desfile fluvial, en que desplegaban gran cantidad de imaginación y esfuerzo, con dolor de pies por el tiempo en espera empleado, mientras algunos de los primos querían cada pequeño producto ofrecido por esos miles de vendedores ambulantes que pasaban al lado de uno… entraría en duda qué tan bien lo pasaban aquellos adultos.

Pero todo quedaba atrás, cuando a lo lejos escuchabas una gran explosión acompañada de exclamaciones grupales y de aquellos colores de fuego esparcidos por el manto de una noche estrellada, que se terminaba con una cascada de fuegos artificiales cayendo por el puente; minutos eternos que se quedaron plasmadas en los recuerdos de aquellos soñadores chiquillos exhaustos de tantas emociones por aquel día, añorando repetirlo un próximo año.

(Carla Contreras Cubillos, Valdiviana)

Hoy como Fundación Relatos, saludamos a nuestra ciudad en esta celebración que es un ejemplo de cómo las tradiciones culturales pueden ser un medio para unir a las personas y celebrar su identidad, historia y patrimonio. Esperamos que esta celebración continúe siendo parte integral de la ciudad de Valdivia durante muchos años más, que siga siendo un atractivo para turistas y visitantes que buscan conocer más sobre la cultura, así como la historia de esta hermosa ciudad en el sur del mundo.

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *